Memorias de ATEVA, teatro desde Valparaíso

En tiempos de efervescencia política y social, un grupo de mujeres y hombres jóvenes que, por distintas circunstancias, habían encontrado en las artes escénicas un lugar de expresión que trascendía a sus profesiones, formaron la Agrupación Teatral Valparaíso ATEVA. Iniciada en 1963 por el abogado y dramaturgo Marcos Portnoy y siendo el grupo de teatro independiente más longevo del país, encuentra sus raíces en el trabajo que ya se encontraba haciendo el Teatro Experimental de la Universidad de Chile desde 1941 en Santiago, con profesores como Juan Barattini, Oscar Stuardo, Vittorio di Girólamo y su director, Pedro de la Barra.

Es con la Reforma Educacional de 1968 que ATEVA pasa a ser el Departamento de Teatro de de la Facultad de Artes de la misma universidad, en Valparaíso, abriendo nuevos espacios en el puerto que ya no obligaban a quienes disfrutan de las artes escénicas a viajar al centralismo de Santiago. Asumiendo este rol, este grupo de actrices y actores autodidactas siguió formándose y, a la vez, formó a algunas generaciones de actores hasta 1978. Con la irrupción del golpe de Estado y la dictadura, las manifestaciones artísticas, «peligrosas» para el autoritarismo instalado, fueron progresivamente cerradas, las escuelas cerradas y los profesores, naturalmente, despedidos.

Con el exilio de algunos y la permanencia de otros, ATEVA vuelve a hacer teatro independiente sumando, hasta la fecha, más de 70 montajes que van desde la dramaturgia internacional de las plumas de Chejov, Beckett, Ionesco, Brecht, hasta creaciones nacionales, como las de Jorge Díaz, Barros Grez, Alejandro Sieveking, Juan Radrigán y actualmente, Omar Saavedra.

En este nuevo aniversario, integrantes tempranas de la compañía, las actrices Naldy Hernández Gómez y Marta Contreras Laporte, además cantante y compositora, comparten sus memorias de décadas encima y detrás de las tablas junto a actores y actrices históricos como Elena Prieto, Arnaldo Berríos, Víctor Carlson, Silvio Viancos, Jorge Arrué, Francisco Fernández, Carlos Genovese, entre muchos otros. Retazos de las historias de mujeres y hombres que, desde la precariedad, aún en tiempos de represión, siguieron tejiendo la trama de un teatro comprometido y feliz, una herramienta de transformación social ayer y siempre.

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