La revuelta social que nos ha mantenido en las calles marchando por dignidad también nos ha permitido volver a lo esencial: de pronto las plazas y parques han vuelto a cobrar vida, para acoger a una comunidad convencida de la urgente necesidad de reducir las extensas jornadas laborales y el agobio de la familia. Y es en este contexto que niños y niñas, sujetos/as de derecho históricamente invisibilizados/as, necesitan contención, juego, regaloneo, canto y no inyecciones de retail. Necesitan ejercer su derecho a visitar museos, parques, bibliotecas, jardines. Para María Victoria Peralta Espinosa, Premio Nacional de Educación 2019, la conjunción entre una sociedad educativa, una familia preocupada y una educación parvularia libre y respetuosa de niños y niñas debiesen confluir en una verdadera educación de calidad, donde sean ciudadanos quienes valoren su entorno y contexto, que cuiden y amen la tierra. La educación de párvulos es más que jardines infantiles. Es atención, cuidado, cariño. Y así lo explicó María Victoria en su conferencia «La Educación desde el paradigma de la complejidad», organizada por el Magíster en Evaluación Educacional de la UPLA.
Publicado el 6/12/2019.