La revuelta no sólo ha visibilizado las desigualdades históricas que enfrentamos como sociedad, sino también a los y las invisibilizados/as. Los abusos y precariedades que enfrentan los niños y niñas del Sename. La violencia que permea el cotidiano de niños y niñas mapuche. El racismo para con ellos/as y también contra los/as migrantes. Las políticas relativas a la diversidad suscitan una discusión donde aspectos como la inclusión, la migración, la interculturalidad y, sobre todo, la etnicidad confluyen en un debate público que, formulado desde una perspectiva adulta, deja de lado las distintas realidades que viven niños y niñas desde sus propios contextos. Ignora su condición de sujetos de derecho y otros principios fundamentales de las comunidades a las que pertenecen. Hoy en Valparaíso y Chile, niños y niñas viven la misma violencia al manifestarse pacíficamente.