El hartazgo hacia el abuso y la tirrea contra la política institucional desembocan inevitablemente en la constitución, la carta que rige un poder político debilitado que impide procesos transformadores y verdadera representatividad de la voluntad ciudadana. Si la Constitución de 1980, la de la política institucional, protege el modelo neoliberal, la nueva Constitución debe garantizar la política de los/as ciudadanos/as, la que Atria llama, la política por venir.
Publicado el 14/01/2020.