Lo acéfalo del movimiento que surge desde el 18 de octubre de 2019, pese a la especulación de la prensa y del oficialismo, visibiliza ahora, en miras de la escritura de una nueva Constitución, la necesidad imperiosa de articularse políticamente. Para poder incidir, participar positivamente en el proceso, para poder decir que si y constituir la política por venir. Sin duda, como enuncia Atria, un desafío en medio de una crisis donde desconfianzas históricas sustentan el rechazo a la política institucional, a las instituciones, a los partidos, a la representatividad que nos ha desempoderado. Aún con eso es, este nuevo proceso, una oportunidad real de cambiar un sistema abusivo.
Publicado el 20/01/2020.