La precariedad del sistema de transporte en el Valparaíso de 1920 terminó por agotar la paciencia de los y las porteñas. Tranvías quemados. Ánimos enardecidos. Conectividad en llamas. No son treinta pesos ni treinta años. El descontento social ante un problema atávico para las ciudades, en este nuevo capítulo de Valparaíso rebelde.