La desaparición forzada de la estatua del General Baquedano del epicentro simbólico de la revuelta social no es un acontecimiento menor. Es síntoma de una transformación cultural de gran envergadura que ha venido confrontando en las últimas décadas una serie de tópicos, valores, estructuras e ideologías que empezaron progresivamente a mostrar fisuras, grietas y desmantelamientos irreparables.
“Lo que hemos sido testigo todos los chilenos y chilenas en estos últimos meses y particularmente en estas últimas semanas es un fenómeno que, desde la disciplina sobre la cual yo trabajo e investigo que es la Historia del Arte, se denomina iconoclasia”. Así, el académico e historiador de la Facultad de Arte de la UPLA, José de Nordenflycht Concha, explica el fenómeno que progresivamente se manifiesta en distintas ciudades de Chile y que en términos locales tiene en la Avenida Brasil de Valparaíso un campo de disputa evidente.
En esa arteria se encuentran emplazados una serie de monumentos, alguno de los cuales han sido intervenidos en virtud de la agitación social y otros de plano han desaparecido antes o después de la revuelta. Por ejemplo, la estatua de Cristóbal Colón, donada por la Colonia Italiana y fechada el 12 de octubre de 1892, ya no existe y sólo queda el pilar de un homenaje vacío.
“Chumani Maxwele lanzó un balde de excrementos humanos a la estatua del imperialista británico Cecil Rhodes en el Campus de la Universidad del Cabo. Con esta performance voló a la palestra el movimiento #RhodesMustFall, en torno a la demanda de sacar de la Universidad la estatua de uno de los arquitectos de la supremacía blanca” (Mir Rodríguez Lombardo).
Publicado el 1/04/2021.