La colisión, el inicio de este viaje compartido de NoctiLucas Dúo comienza con un encuentro de educación artística y se sigue desarrollando en el vaivén de una línea de tren que los une. Así, Eduardo Morales Cabezas (voz y guitarra) y Matías Iturra Reyes (bajo eléctrico y contrabajo), ambos dedicados a enseñar música, comenzaron a encontrarse en la música instrumental y en el canto, haciendo aparecer diversas estéticas que dan luces sobre las influencias de cada uno como músico. Este dúo de cuerdas pulsadas propone una mixtura de música que, por momentos docta, trae al oído obras de guitarra solista Spinettiana para inmediatamente expandirse hacia el imaginario de un bajo procesado, que reescribe el espacio sonoro llevándonos a una modernidad que se acerca a el sonido de Pastorius, manteniendo un espacio emocional que evoca atmósferas sostenidas de una guitarra orgánica con una armonía diáfana. Es precisamente en «Todavía hay esperanza», una de las composiciones que dará cuerpo al primer disco de la banda, donde se hacen luminosos procesos más instrumentales que vocales, que también nos hablan de la poética nacional que inspira el trabajo de NoctiLucas. Este registro, de enero de 2020, da cuenta de este encuentro que, de la intimidad de la búsqueda propia, va dibujando un sentir colectivo y sensible.
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