Desde las profundidades de Valparaíso sale a la luz parte del esplendor y apogeo de una ciudad que tuvo servicios públicos de avanzada, destinados al buen vivir de sus habitantes y de quienes desde distintas partes del mundo nos visitaban. Los Baños Públicos del Almendro, que funcionaron entre 1860 y 1940 en la escalera Fisher, a los pies de la tradicional calle Urriola, integraron una red de baños emplazados en distintos puntos de la ciudad y que contaban con tinas de aguas tibias que fueron verdaderos “spa” del siglo XIX.
Un descubrimiento que ha sido posible gracias al trabajo del colectivo artístico y cultural “Valparaíso profundo”, que en su propio espacio de funcionamiento realizó estos importantes hallazgos y que además ofrece a la comunidad una sala de teatro, un café y una biblioteca, dispuestos para el diálogo entre artistas porteños y estudiantes de diversas disciplinas que trabajan en la recuperación, posicionamiento y puesta en valor de este espacio que vuelve a emerger, resistiéndose al olvido.