Pese a la existencia de múltiples instrumentos jurídicos de alcance internacional, a los que los Estados partícipes deben adscribirse, los vacíos constitucionales, la promulgación y mantención de leyes discriminatorias en múltiples sentidos y la casi nula respuesta de las instituciones a las sistemáticas vulneraciones a los derechos humanos de hombres y mujeres migrantes, han posibilitado que el racismo y la xenofobia sigan siendo parte, más consciente que inconscientemente, de la sociedad y sus formas de relacionarse. Cuando vivimos con el peso de haber sido colonizados, configurándonos en base a esa Europa que no pudo ser, desconociendo a los pueblos que nos dan origen sin preguntarnos a qué están sujetas nuestras identidades y hasta qué punto nos configuran los Estados Nación, las prácticas racistas y la indiferencia hacia el otro se acrecientan.
Como un espacio de interacción positiva entre las personas migrantes y los y las porteñas, el Primer Picnic Migrante, realizado en el Parque Cultural de Valparaíso, fue un primer gesto de bienvenida oficial a hombres y mujeres que han llegado a la región en búsqueda de nuevas oportunidades lejos de sus familias y territorios. Organizado por un grupo de 5 mujeres sin militancia ni partido político, esta iniciativa sirvió para generar redes, interconectar personas, instituciones y organizaciones sociales en miras de aportar a la construcción de un concepto de ciudad integradora para todos y todas, porque migrar es natural.
Publicado el 27/12/2017.