Aunque tenga tintes de aventura quijotesca, el trabajo que están realizando los apicultores Pablo Álvarez y Sergio Pérez en la comuna de Algarrobo tiene beneficios concretos muy significativos. Su disposición ética por aspirar a la soberanía alimentaria los impulsa diariamente a cuidar las colonias de abejas, relacionándose con ellas como patrimonio biológico fundamental para la subsistencia humana, no sólo desde la lógica de la producción de miel sino que principalmente por el impacto global que tienen estos polinizadores en toda cadena alimentaria. La transformación de los ecosistemas como víctimas del modelo imperante (para el caso particular de este territorio amenazado por la industria inmobiliaria) los ha llevado a desarrollar soluciones creativas que enfrentan la falta de agua, permitiéndoles seguir desarrollando una tarea productiva altamente significativa para la vida en todas sus expresiones. Hidromiel salvaje, la preparación de barritas energéticas, queques de miel o una torta de manjar, miel y lúcuma, son algunas de las degustaciones que resaltan a este súper alimento.
Publicado el 26/05/2022.